Restaurante Agricultura

Ayer mientras comía en el Restaurante de Agricultura con mi gran amigo Roberto Giner, Director General del Área de Energía en Grupo Alcanzia, tuve una importante revelación.
Estábamos inmersos en una interesante conversación sobre el mundo de las energías renovables, su pasado, su presente y por supuesto su futuro en el que me aseguro Roberto el autoconsumo tendría un crecimiento espectacular y se consolidaría como la verdadera alternativa energética de las empresas.
Hablamos de lo negativo que había resultado para la sociedad en su conjunto la concentración de poder no solo económico, sino estratégico y también político en manos de unas pocas e inmensas compañías suministradoras que en la actualidad podían hacer temblar hasta el gobierno de un país.
La liberalización del sector de poco sirvió para la PYME y para el ciudadano de a píe y las tarifas abusivas los contratos y la connivencia del gobierno habían forzado de tal manera al mercado que habían aparecido interesantes soluciones alternativas como el autoconsumo.
El autoconsumo, en resumen es la producción de la energía necesaria por parte del consumidor que entre potras cosas le permite una mayor independencia además de le provocar una importante disminución de costes que es obvio redundará en una mayor rentabilidad a través de una mejora de sus precios.
Llegados a este punto no puede dejar de recordad el libro “El Gran Interruptor” de Nicholas Carr (ISBN: 978-84-234-2686-7) considerado un mantra de la nube CLOUD, del concepto de software como servicio SAS e incluso de la modernidad tecnológica, etc. y en cuyo texto él autor basa su hilo conductor en la similitud de la evolución histórica del mercado energético con la evolución que va a producirse en el mercado TI.
En este libro Nicholas Carr defiende la idea de que tal como las empresas abandonan sus propias formas de generar la energía que precisan sustituyéndolas por conexiones a redes que le faciliten el suministro eléctrico, en un futuro ya cercano las empresas también se conectaran a grandes proveedores de información, compartiendo los recursos, en una económica de escala que permitirá el ahorro de costes pero también el nacimiento y proliferación de grandes centros de datos equiparables a las eléctricas actuales.
Pues bien, si de algo nos sirve desde el presente mirar al pasado, o mejor, anticiparnos al futuro mirando el presente debemos tomar buena nota pues el sector eléctrico esta volviendo a sus planteamientos iniciales.
Por supuesto la forma de generación de energía es bien distinta ahora que hace 50 o 75 años, ya no es preciso estar cerca de un rio o quemando carbón para convertirlo en energía aprovechable en la producción, es evidente que se ha avanzado bastante y es mucho mas fácil higiénico y rentable crear energía.
No puedo asegurar que esto vaya a ser asi, no se si volveremos después de la nube a tener sistemas de información en nuestras propias empresas, pero lo que si me atrevo a plantear es que deberíamos analizar con rigor lo que ha sucedido en el sector eléctrico y que se ha hecho mal en el pasado para que no se vuelvan a repetir los mismos errores que hoy en día están obligando a las empresas a implantar soluciones de autoconsumo.
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, si en unos años tenemos que deshacernos de grandes centros de datos que monopolizan la información, y cuyo poder económico, estratégico y político se nos ha ido de las manos no podremos decir que nos ha pillado de sorpresa.
Vivir para ver.

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